sábado, 28 de febrero de 2015

A propósito del diseño gráfico y la arquitectura

“Todos los ejemplos están muy bien estetizados, en donde la vida de perros y artilleros parece envidiable.”(del autor)

Otra diferencia entre el diseño gráfico y la arquitectura, se hace legible en los fundamentos para la investigación, que asume en la actualidad, cada campo.  Mientras el primero, excitado por su popularidad y sorpresiva utilidad, no se convence de entrar de lleno a la investigación, reflexión y debate (porque se considera que aún no es de su competencia), el segundo ha entrado en una crisis epistemológica de no saber qué enseñar, de la cual no encuentra una salida. Esto se da fundamentalmente porque el diseño gráfico aún no termina de explorar sus aparentes e infinitas implementaciones y porque la arquitectura no ha superado el paradigma científico y epistemológico tradicional del movimiento moderno, pero en esencia desde mi punto de vista, por la progresiva pérdida de la literatura en el área del diseño.
Ante los nuevos problemas y contenidos referentes a la arquitectura, al diseño y a la ciudad, estas disciplinas no encuentran una apropiada asimilación. En todo caso la peligrosa solución que se está aproximando a estos dos panoramas poco prometedores, ha sido el abusivo uso de la imagen y la estética, entendidas bajo el concepto anestésico de Neil Leach (1999). En donde el diseño gráfico sirve para adormecer una arquitectura vacua y donde se incorpora una torpe “arquitecturización” al universo del diseño gráfico, producto del mismo efecto.

“Es el principio de la fantasmagoría, el bombardeo sensitivo de tecno-estética, lo que ilustra el potencial de la estética para inducir a una forma de anestesia” [1]

Superposición de  “diseño gráfico” a la arquitectura
Edificio Priscila: Avenida Arce La Paz
Fuente: Manuel Aliaga Martinez
“Arquitecturización” del diseño gráfico
La casa cartel: Concurso de vivienda en una valla publicitaria
Fuente. //google+search?billboard+box



Esta perspectiva atañe fundamentalmente a que en la última década la arquitectura a cedido gran parte de su contenido a la imagen, esto ha traído como consecuencia que los edificios se conviertan en un soporte más de la estética adormecedora que, a partir de tipografías, colores, movimiento, logos, texturas y fotografías, pretende ocultar el vacío de su significación .
Simone Giostra & Partners: El muro de Led-Green pix led wall, 
Xicui entertainment complex, 2008 Beijing,
Fuente: greenpix blog
Esta nueva tendencia es la responsable de que en la actualidad se refiera a la tarea de la arquitectura y diseño como la ocupación “de que se vea bien” eludiendo una responsabilidad mayor . En otras palabras el espacio se ha subordinado, tanto a la imagen exterior (fachadas) como a la imagen interior (decoración de interiores) como un hecho completamente secundario e irrelevante. Adicionalmente el impacto que provoca una imagen arquitectónica (un fotomontaje o un render), hoy en día es valorada en mayor proporción, que su verdadero contenido, concreción, proceso o significado. Producto de ello es que la arquitectura se vaya convirtiendo cada vez más técnica –en el sentido de aprender los recursos técnico estéticos y los tutoriales de internet– y  menos reflexiva.  

De distinta manera la evolución del diseño gráfico ha saturado sus posibilidades en dos dimensiones y ha llegado a incorporar el soporte –arquitectura- dentro de su universo. El diseño gráfico después de potenciar la segunda dimensión al máximo, ya empieza a explorar el lenguaje de la tercera dimensión, con los problemas que ésta contiene: tectónica, uso, estructura, forma, espacio,etc. Estos son asimilados, sin embargo como materia periférica y complementaria, dejando de lado su verdadera importancia y trascendencia. Es muy difícil encontrar ejemplos en donde la arquitectura y el diseño gráfico dialoguen en completa armonía, el avasallamiento de la imagen entorpece a ambos. Esta situación se traslada al campo profesional y académico en donde la necedad y el sesgo, las ponen a combatir, como si la aniquilación de alguna disipara los conflictos al interior de la otra. Se pone en evidencia el problema actual para sobrellevar y asumir los nuevos y más complejos retos del mundo globalizado.

Una posible causa del problema se encuentra en la progresiva pérdida del lenguaje escrito y lenguajes alternativos de reflexión, que permiten el constante intercambio y continua retroalimentación, lenguajes que superen el embobamiento de la imagen y la estética, que en esencia se encuentran en investigaciones, ensayos, artículos, discursos, espacios de debates, etc.

El dirigir esfuerzos casi exclusivamente a contenidos tan inmediatos como el lenguaje de la imagen, trae consigo por un lado la pérdida del significado objetivo, y por otro, la progresiva pérdida del lenguaje de la escritura. La escritura ha sido la mejor herramienta de transmisión y búsqueda de conocimiento a lo largo de la historia y va quedando en la actualidad completamente ignorada frente al cómodo lenguaje visual.
Este fenómeno es absolutamente legible en las facultades de arquitectura y diseño gráfico en donde los estudiantes se pelean por la competencia disciplinar del lenguaje visual (ninguno se pelea por el lenguaje escrito, menos por sus facultades investigativas o reflexivas). Tras la constante pérdida de la literatura el resultado es el progresivo aislamiento de las especialidades (no sólo arquitectura y diseño gráfico) que contradictoriamente pierden herramientas comunicativas, investigativas, reflexivas y esenciales del lenguaje escrito para poder interactuar de forma multidisciplinar.

Este aspecto es fundamental en el complejo desarrollo contemporáneo (y poscontemporáneo), donde al parecer todo campo se relaciona con todo, se habla ya de trans-disciplinas (disciplinas estructurales pero dinámicas y cambiantes), y no de campos exclusivos, como parte de la modernidad que tanto nos cuesta digerir.
Un estudioso del mundo postmoderno, postpolítico y postideológico, bajo estas mismas denominaciones, es Slavoj Zizek el filósofo esloveno alguna vez llegado a nuestra capital, quien sostiene que “el nuestro es un tiempo permisivo, en el cual, las instituciones dominantes han expropiado todo, hasta las transgresiones, ante la vista y paciencia de todos”. [2]  La respuesta a este fenómeno, según él, tiene nociones lacanianas: “ante la amenaza de la pérdida de un legado cultural y el duelo que ello implica,  se opta por conservar una vinculación melancólica a sus raíces perdidas”. [3] En otras palabras todas estas expropiaciones ocasionadas por estas instituciones dominantes -la imagen y la estética entre ellas-, tienen dos caminos a seguir según Zizek bajo la teoría de Lacan: optar por el duelo y resignación que conlleva estas pérdidas; o mantener un vínculo melancólico hacia ellas.      

Esto trae también como consecuencia otro aspecto realmente preocupante en los estudiantes: el famoso “copypaste” normalmente plagiado de Internet, el “fenómeno wikipedia” y el “fenómeno facebook” que también son parte de esta otra espiral. Sin desmerecer sus respectivas virtudes de las cuales este mismo artículo se beneficia, el trabajo intelectual se ha visto afectado por la falta de revisión, verificación y contrastación de fuentes, sin mencionar los actos de vandalismo ideológico que en reiteradas veces (al igual que en la televisión) dañan la calidad de información, de la investigación o proyecto.

 Adicionalmente estos nuevos y efímeros lenguajes hacen que el receptor no pueda concentrarse en más de seis líneas (cuantos habrán desertado ya). Esto sucede debido a que el estudiante no tiene las herramientas para redactar un texto; lo que se traduce en una falta de estructuración de pensamiento, idea,  argumento, ejemplo y finalmente perspectiva crítica, tal vez en parte producto de la explosiva posmodernidad. En esta fase se comprueba la teoría de Neil Leach respecto de la imagen estética como efecto anestésico porque se observa un comportamiento confuso, mareado, hiperactivo en ocasiones, adormilado en otras,  en los proyectos y trabajos de facultades de diseño y arquitectura. La espiral descendente de la televisión e información se repite con el Internet en el ámbito académico. Parece que la saturación de la imagen tiene ineludiblemente un efecto narcótico.

La saturación de la imagen estética y la progresiva pérdida del lenguaje escrito, o en todo caso la pérdida de espacios de reflexión son el problema fundamental que aqueja a estos dos campos, pero que se encuentran en diferentes condiciones.

La investigación teórica referida exclusivamente al campo del diseño gráfico aún es muy reducida (diferente sería si la vocación académica denominara a sus carreras de diseño gráfico como carrera de artes visuales)  y las generaciones de esta educación tecnócrata, han sabido responder muy bien al mercado pero pocos han sabido aportar al campo de la investigación o al arte. Fundamentalmente debido a la vocación académica mercantilista y tecnicista de las carreras de diseño gráfico que valoran la creación gráfica y su potencial inserción al mercado como único referente; creaciones carentes de referencias teóricas producto del incansable uso del lenguaje visual y de la imagen-estética-anestésica.
Debido a esta falencia se ha hecho el experimento de conformar carreras integrales de diseño gráfico que procuren aportar con investigaciones de grado. Sin embargo se hace difícil concebir metodologías y epistemologías propias, novedosas y lo suficientemente reflexivas (en donde la creación per se no sea considerada un aporte investigativo y en donde tampoco se utilicen metodologías científicas de otros campos).

Este es el mismo problema que sufre la arquitectura, pues aún no logra separar definitivamente el estudio de la arquitectura de la creación en sí misma, lo cual trae consigo problemas que se hacen evidentes al interior de las facultades y carreras que al no saber si orientarse hacia lo técnico, lo constructivo, lo teórico o a lo creativo,  se pierden (y caen) todas las ramas.

El ejemplo más decadente en la arquitectura es recurrir al mal llamado “concepto” para sustentar un proyecto. Bajo esta definición se han propuesto casas de perro, de corte francamente orgánico-hightech, bajo la idea de que la forma sigue el “concepto” de la oreja del perro. Otra: se hace un relevamiento de la piel de un artillero para proponer un museo de la muerte, en donde el espacio jerárquico es ver en vitrina el deceso de un alcoholizado.  Todos los ejemplos están muy bien estetizados, en donde la vida de perros y artilleros parece envidiable. 

La denominación de concepto, cual discurso de inspiración súbita, sirve en la actualidad para sustentar cualquier tipo de capricho formal, y para escudarse frente a la carencia de un argumento verdadero para ejercer el diseño (parecido al diseño de moda). La arquitectura y el diseño gráfico piden "permiso" al concepto para justificar su exsistencia. De esta manera el concepto de la oreja de un perro se traduce literalmente en la forma de su arquitectura y programa (un hotel para canes), así mismo esta denominación permite, en la mayoría de los casos, inventarse actividades y usos completamente absurdos, a la que esta arquitectura responde formalmente y efcientemente. Se deja de lado cualquier otro principio detrás de un objeto concebido únicamente desde un falso sentido del diseño.  
Gemma Douglas: Propuesta para el Nuevo edificio de defensa del Reino Unido,
 utilizando bordados, tradición heráldica y flora como  "concepto";
12 Julio 2008,
Fuente: dezeen magazine blog


Parece conveniente revisar las estructuras epistemológicas tradicionales con las que se está evaluando y enseñando en las carreras de diseño. Es verdad que asumir la arquitectura y el diseño gráfico como artes aplicadas tiene también un alto grado de subjetividad y riesgo. Sin embargo, las metodologías científicas de investigación aplicadas hasta ahora en estos campos, también han fallado y nos han dejado ejemplos y situaciones incómodas como las mencionadas. 

La investigación en la arquitectura y también en el diseño gráfico, necesitan metodologías más flexibles, que la metodología positivista y cientificista de la modernidad, y valoraciones más confiables y menos subjetivas que las pos-modernas. En todo caso cualquiera de estas nutrida de mucha literatura: “Bajo el concepto de investigación cualitativa englobamos a toda una serie de tendencias en la investigación, cada una de ellas con sus  características diferenciales.  Estas investigaciones cualitativas se caracterizan por ser multimetódica y porque implican un enfoque interpretativo. ”[4]      

El qué y cómo se debe enseñar pienso debería estar referido a construcciones epistemológicas de cada campo, que en palabras sencillas son la filosofía de la ciencia de nuestros tiempos. La construcción de pensamiento, conocimiento y postura crítica y teórica con respecto de la ciencia impartida; es decir, la relación compleja entre los fundamentos filosóficos de un campo y los fundamentos científicos del mismo. Esta construcción ofrece mayor vigencia y adaptabilidad, cuando el paradigma de lo científico entra en crisis, y/o cuando la subjetividad cuestiona e impide toda práctica.
La imposibilidad de construcción de un marco estrictamente científico o estrictamente apreciativo en el diseño, genera la necesidad de construir un marco referencial al conocimiento en cada campo y tema, redefiniendo epistemologías constructivistas y sobretodo socio-constructivistas, que hacen hincapié en la ciencia en tanto que producción humana, estructurada por los hombres, para los hombres y en función de sus proyectos[5] propias del área del diseño.

En este sentido me convenzo de que la arquitectura y el diseño deben enfrentarse con nuevas construcciones epistemológicas. Para que les permita, por un lado, entender su filosofía (recuperando el ejercicio literario e investigativo) en función de su aplicación reflexiva, como lo reconoce cualquier arte aplicado, y no en función de una exacta y reconocible adaptabilidad de mercado. Por otro lado, una nueva construcción que permita tanto el ejercicio práctico como teórico en función de métodos flexibles y abiertos, superando el paradigma modernista y el estancamiento posmodernista.

Estamos frente un escenario dominado por la imagen, el mercadeo, el consumo, que ha llegado de forma profunda a la educación superior, los innumerables institutos técnicos y de especialidades son el resultado de esta epidemia; y la pérdida crónica de la literatura en universidades es la agonía final. Por otro lado, se pude resumir que la investigación en arquitectura y diseño gráfico, concebidas como artes aplicadas, se debe consolidar  bajo un método interpretativo, flexible y multimetódico, en donde la constante creación encuentre fundamentos para reencontrarse inevitablemente con el conocimiento y reflexión como alternativa al uso indiscriminado de la imagen. Lastimosamente se tiene poca conciencia de esta alternativa, que bien podría ser muy útil en las áreas del diseño, por otro lado la constante pérdida de la literatura en la actualidad causa en algunos duelo, y acaso en otros como quien escribe estas líneas: melancolía. 



[1] Leach Neil, La an-estética de la arquitectura, Cambridge-EE.UU, 1999, editorial Gustavo Gili.
[2] Aquím Chavez Rosario, “Slavoj Zizek: homosexualidad y etnicidad” La Época, semanario del domingo 20 al sábado 26 de marzo de 2011, La Paz-Bolivia.                                                     
[3]  Ibídem
[4] Huamán Miguel Angel, “Fundamentos de la investigación literaria”, Tesis Revista de la Unidad de Post Grado, de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de San Marcos, Lima-Perú, Nr. 1,2007.                                                                                           
[5] Huamán Miguel Angel, “Fundamentos de la investigación literaria”, Tesis Revista de la Unidad de Post Grado, de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de San Marcos, Lima-Perú, Nr. 1,2007.